Nos faltan 43

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miércoles, 7 de enero de 2015

Primeras frases postmarcha #22M:

El miedo que se organiza frente al temor. La policía es el temor material. El ser humano que agarra a palos a otro ser humano. El otro ser humano es para el policía una amenaza para él mismo y para sus compañeros policías. El policía va lleno de temor y de odio todo el tiempo. No comprende por qué la gente lo odia. Entonces la odia más. Cumplirá la orden que le den, no hay más que elegir, la situación es así, punto. 
Del otro lado marchan alegres 2 millones y medio de personas. Todas las causas. Todas las razones. La dignidad aglutina, se anhela. Marchan l@s bomber@s, con sus uniformes. Marchan l@s miner@s. L@s educador@s. L@s obrer@s. L@s am@s de casa. Marchan tod@s. Marchan los trabajadores de la coca-cola con sus broches que llaman a no consumirla más. Hace tiempo que no me venía a la mente una contradicción tan enriquecedora. Marchan l@s ancian@s. Los màs simpàticos. Todo es color. La república llegará mañana se anuncia en todas partes. Un cartel: "Españoles... Franco ha vuelto". Una canción: " Tod@s arriba, arriba, vam@s a luchar, que se metan por el culo, que se metan por el culo la reforma laboral". Un grito: Que pena! que desolación! que el padre de Rajoy no usara condón!! La gente ríe, canta, se divierte al no verse sola, al ver que está en lo correcto. Cada persona reconoce en este lugar que no es la única que ha llegado a la conclusión de que el sistema está jodido. Hay que cambiarlo. Ya no se requiere más evidencia. El policía es una función social que debe desaparecer. Lo tienen claro. Saben quien lo patrocina, no consumirán más la producción de los que necesitan policías en su sistema . Esa es su misión cotidiana. Pasa una nave vigilante, es saludada con cientos de miles de abucheos y de señales con el dedo medio levantado. Nada de vigilancia, no se necesita. Nada de amenazas. No se tolera la actitud policial. Festival de encuentros. Unas horas hay una familia nómada de millones. Todo se comparte. El agua. El bocata. El cigarrito. Las sonrisas. La gente escucha atenta a los que hablan en el micrófono. Vuelan luces en el aire. Todo es fiesta. Platica. Luego... la primer señal. 
Un viejo camina en contra-flujo. Avisa: Los maderos están cargando. Fluye rápido la información. Fluye rápido el miedo. Los contingentes se dispersan. Unos gritan que nadie se mueva, que no venza el pánico. La gente corre. Ya alguno recibió un pelotazo de goma. Las personas buscan contención. El temor las aísla y pierden a su contingente. Unos se quedan ahí, toman video y fotos. Otros gritan que no lo hagan. Hay caos. Hay fragilidad. La organización por contingentes funciona. Logran mantener cierta formación. Los individuos corren al infinito. El temor desorganiza lo precariamente organizado. Lo más precario de la organización multitudinaria es el individuo sin grupo. Presa fácil del madero. Presa fácil del pánico. Presa fácil del capital. Presa fácil de su mente. Su mente le miente: Tú enfrentas la guerra solo. La circunstancia le advierte: Yo decido, tú sólo eliges en qué creer. Algunos individuos creen demasiado en si mismos como para advertir que 5 segundos después estaràn siendo vapuleados por los toletes. El individuo tiene coraje y desea luchar por los demás. El individuo aislado no tiene futuro. Sólo es de un momento. Este momento histórico. Que la organización, aunque sea contingente, es la única que resuelve.

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