El primer asalto de la batalla entre el miedo y el exceso se lleva a cabo en un territorio que existe mientras las ideas despuntan y la sangre corre. Nada hay de maravilloso en la disputa incesante, sin embargo, es fundamental y casi obligatoria para imaginarse el espacio de donde todo surge y la nada hacia donde todo va.
Nos faltan 43
martes, 6 de enero de 2015
títere/tírano
Para qué seguir empoderando al tirano. Su fuerza depende de que posemos nuestra atención en su apariencia. Su existencia en sí, es como cualquier otra, la magnitud de su personaje depende del reconocimiento del espectador... Si volteamos, podemos vernos contemplándolo, y a nosotros de común, sólo nos queda el hecho de estar mirando en la misma dirección... pero de común también nos queda, en ese mismo acto, el reconocer a otra directo a los ojos, en aquel instante donde se cruzan dos preguntas acerca de la legitimidad del interés, dos miradas que ya no quieren empoderar al que nada hace por nadie, más que distraer de lo importante. Distraernos de esa mirada que nos responde, nos concede, nos reconoce... esa mirada que nos invita a aliarnos, a fundirnos en un grito exacerbado y convencido frente a la apariencia y la manipulación, nuestro encuentro rompe con el poder, nuestro encuentro resquebraja al tirano, lo deja sin luz, lo deja sin tacto...
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