Nos faltan 43

Nos faltan 43

viernes, 24 de julio de 2015

CaDeNeA...


Hecha polvo por el viento,
Identidad de hojarasca lista para descomponerse con las frutas de la composta,
Lista para volver a ser tierra,
Lista para hacer crecer arboles de otros tipos, que crezcan hojas distintas de ella,
Para distinguirse, para valorar el color que fue y que va dejando de ser.
Por el tributo al azul de algún día, en el que se besó con el sol largo rato,
Con la complicidad de una lluvia que la goteaba sin abandono.

Quisiera saberlo todo ya…
Sé que se me escaparía,
Sé que el tiempo no pasa en balde,
Son aguas inquietas,
Son horas muertas,
Imposible aceptar,
En este instante ciego,
Que la neblina lo es todo,
Y que aunque el sol está detrás,
La vida me mira,
Y no le gusta mi disfraz,
He fingido la sonrisa,
Que mandó perfecta,
 A cobijar una prudencia,
Que yo usé para estafar,
El sol arde en veneno,
Contra mi farsa,
Contra mi espacio,
Contra mi faz…

Nada queda aquí para mí,
Nada merezco decir,
Sin embargo hablo,
Sin embargo escucho,
Algunos gritos del cielo,
Aún son un futuro,
Inhabitable para el necio,
Que pide risas,
Que pide más.

Cantarista sin empacho,
Cara de sarna,
Presa del facho.
Hasta cuando abrigarás,
La ilusión  de la tormenta,
Cadena de agua y fuego,
Que se mezcla sin igual,
Entrando por el agujero,
La vida le sabe a sal,
Espera a ver lo que me encuentro,
En esta arena del amplio mar,
Silente en su recuerdo,
Es su presencia,
Es nada ya.

Quieres saber si eres poesía,
Quieres saber demasiado,
No crees en la brujería,
Y nos miras ahí parado,
Con tu oscuridad que abruma,
Que impide el silencio eterno,
Eres un agrio mordaz,
Y quisieras ser el fuego,
Nunca nada sabrás,
El humo no es todo el infierno.

Silbante,
Acomodando los pasos,
La calma tibia,
Hace sonar sus abrazos,
Como el roce de las telas,
En un espacio destacado,
Se escuchan claro los gritos,
Aunque la voz sea de hielo.




He soñado con el gesto de la más bella,
Al acercarme,
Todo sería nítido,
He soñado con la más lista,
Al tocarle,
Todo sería bien aceptado,
He soñado con la más sincera,
Y en ese sueño,
Me sentí acorralado,
Por una voz como alas,
Que sin palabras alzaron,
Todo lo que no cabe,
Para expresar este halago.


Las palabras se diluían, antes de estar completas.
Las escuchaba en su intento,
Pero se quedaban a medias,
No necesito escucharlas,
Alcancé a construir,
sus ojos,
Sus hojas,
Sus hijos.

Tiemblan en mí las ramas,
De árboles que me miran,
Yo no sé nombrarlos,
Y me da pena empezar una conversación,
Sin los necesarios saludos,
Somos como tú,
Me interrumpió el más alto,
Pero nosotros no sabemos de penas,
Esas cosas que te achican ante nosotros,
Deberías de dejarlas irse,
Las vemos dentro tuyo,
Como los fantasmas que trepan en nosotros,
Para verlos desde aquí,
Y reírnos,
Y vivir.


Almas de ciudad, todas revueltas en una trama de la que todos exprimen su naranja. Trama anterior a nosotros, de los que todxs arrancamos costras. Trama de ciudad, que nos ha hecho tan grandes, que perdimos el piso. Trama de ciudad, de la que todxs queremos opinar sin saber qué y porqué.Trama de ciudad que nos ha vuelto cobardes. Trama de ciudad que nos olvidó antes de que pudiéramos entenderla. Trama de ciudad que vuela lejos hasta donde ya no podemos verla. Trama de ciudad que nos invita al vacío. Trama de ciudad que nos mira de desde un lugar al que no tenemos acceso. Trama de ciudad que nos corroe, que nos mutila, que nos envenena. Trama de ciudad de dioses y diosas. Trama sin trama, cuerpo sin alma, proyección sin reflejo. De cara a la duda, de cara al pendejo.
Así nos llueven las señales, aquí se nos atascan las posibilidades de decir algo que se  nos meta bien profundo, para no repetir. Claroscuro eterno, obligados a vivir de preguntas que no volverán a servirnos. Demasiado vagas, las esposas del alcalde del no mundo. Demasiado silenciosas, las hadas con miedo del inframundo. Sólo un jaguar, guardián de todo, se come los pedazos de las palabras de este rumbo.

De todos estos días, no me quedaré con este. Vivo de lo viejo, y a nada está de aquí mi reflejo.
Del futuro ni hablar, se viene negro, siendo sincero. Nos lo arrancan todo sin ningún despecho, mi cuerpo habla en un tono, que me deja perplejo, mi cuerpo se mueve poco, al ritmo del ordenador, que acomoda las palabras, haciendo como que no. Es un diálogo sutil, pero igual de esclavizante, que el grito rabioso y obsceno del que se siente comandante. Si tan sólo dejara pasar a la bella y su elefante, la hora sería menos gris, y yo me quedaría gigante, al tener un momentito enfrente del hada radiante.

Cables, cartones, láminas, manteles, cuerdas, cajones, sexos.
He de vomitar palabras para librarme de los excesos, que salga ya mi inconsciente y que me muestre los espejos, dónde pueda verme por siempre y pueda irme muy lejos, en el mismo acto que coincida, que me vuelva joven y que me vuelva viejo.
Si no te gusta lo que escribo, es porque no me entendiste, o que no me quisiste. Si no te resuenan los adentros míos, pues nada ha de tocarte de mis cuchillos sin filo. Hazte a un lado, que un cobarde en alarde navega esta noche sin frío, sin luz, sin magia y sin brío, aunque del otro lado me griten que eres parte de mi camino, y que si no he de complacerte, al menos te irás tranquilo, de que pusiste tu piedra, en este río sin caída, en este cauce de muerte, que mide la tarde y es guía, de una multitud de hormigas, que siempre fueron testigas de que cumplimos y de que no nos rendimos.


Invoco a mi totalidad,
A que atraviese esto,
Que llegue,
Que esté al acecho.
De quien es sólo parte,
De ese plan funesto,
Que quiebra nuestro tronco,
Que lastima nuestro deseo.
Invoco a mi jaguar,
A que se coma todo,
Lo que se pueda masticar,
de lo que fuimos,
de lo que somos..

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